viernes, 3 de diciembre de 2010

Gadamer hablando sobre la "Voluntad" en una entrevista para la RAI - parte 1 - (Facundo)

Las Instancias de la Voluntad
Es este, en efecto, el trato característico de la época: la ‘filosofía de la vida’ ve la luz quizá mas vigorosamente en la gran literatura del Ochocientos, pero encuentra una decidida afirmación también en el pensamiento, si bien al margen de la filosofía oficial y lejano de las cátedras universitarias. Tenemos un ejemplo evidente si pensamos en la influencia de Schopenhauer sobre la burguesía alemana –y no solo alemana!-; la resonancia de Schopenhauer representa, como veremos, un hecho del todo inusual: solo hacia mitad del siglo 19, en el 1850, su opera conoce una improvisada notoriedad en todo el mundo. Se trata de un libro escrito en el 1819: El mundo como voluntad y representación, redactado en la época de los grandes pensadores del idealismo alemán. Arthur Schopenhauer estaba habilitado en Berlín como docente libre, pero su enorme autoestima llego a inducirlo –o mejor, seducirlo- a tener sus lecciones en el mismo horario que Hegel. Nos podemos imaginar los bancos vacíos, en frente a los cuales debe de haber hablado. Así, después de haber lanzado violentos ataques contra los catedráticos, él debió muy rápidamente renunciar a su puesto de profesor en la Universidad de Berlín, y siendo un hombre agitado, vivió como estudioso independiente. Su escrito del 1819 se mantuvo del todo inobservado. La gran sombra de la doctrina hegeliana y de la figura de Schelling pesaba como una roca sobre su enseñanza, y no hay duda que, siendo un escritor de brillante talento y de profunda cultura –se debe reconocer- no pudo competir con la agudeza y el gran rigor y profundidad con los cuales el idealismo alemán había sabido articular sus tesis. Sus escritos entonces, que conocerían un tardío suceso –sobre lo cual deberemos reflexionar-, fueron apreciados por la burguesía –y precisamente por los intelectuales alemanes y europeos- justamente porque él no se inspiraba en reglas férreas-rígidas. Su pensamiento producía en cambio máximas y comentarios, recogiendo los frutos de una rica tradición humanística y haciéndola madurar en el contexto de la filosofía moderna. Ya el título de su obra capital, El mundo como voluntad y representación, hace intuir que aquí vienen enfrentados dos problemas por nosotros bien conocidos, que también Kierkegaard había tratado –de la manera que ya hemos visto-, contraponiendo lo que es realidad y posibilidad, o bien asumiéndose una tarea con la cual su época histórica era constreñida a tomar con seriedad: ubicar a la ciencia en sus elementos estructurales a priori, en su dependencia de la experiencia posible, y al mismo tiempo –sobrepasándola- hacer valer las instancias de lo incondicionado, de la libre voluntad, de aquella libertad, en suma, que no puede ser un “hecho” como aquellos determinables en el mundo de la representación, sino una certeza interior, de los cuales depende, a fin de cuentas, la misma dignidad humana.

La edad del pesimismo
Schopenhauer fue profundamente influenciado por la filosofía de Kant. De joven, en la Weiman de Goethe, bajo la protección de su ilustre madre –una señora inteligente y muy apreciada en la sociedad-, él había entrado en contacto con el círculo intelectual del Granducato, para encontrar finalmente el propio camino, después del fracaso de su vida académica, en el carácter hosco de un soltero rico que vivía en Francforte con su perro. Él es famoso por su temperamento pesimista, y se puede preguntar por los motivos de tal actitud pesimista frente a la crueldad de la naturaleza, la dureza de la realidad, a la necesidad de rescate y de libertad, que se ha improvisadamente difundido entorno al 1850. a mi parecer, es claro que en este periodo, hacia la mitad del 800, el fracaso de la revolución burguesa del 1848 se hace presente en las conciencias. No puede entonces sorprender que una concepción basada en el pensamiento social de Hegel, y en una filosofía de la historia de análoga impronta –como aquella sostenida por la Izquierda hegeliana, por Feuerbach, Ruge, Marx y Engels- que, en suma, este ímpetu de la burguesía, que había obtenido su legitimidad teórica, luego del fracaso de aquel movimiento democrático se resolviese en una especia de consolación contemplativa. Se explica así una circunstancia en si sorprendente: que la obra de Schopenhauer, completamente ignorada en el 1819, haya devenido en el 1850 la lectura predilecta de toda Alemania, y no solo Alemania. Salta a la vista la peculiar influencia ejercida en aquel tiempo por Schopenhauer sobre una figura que le da una difusión global a las instancias de esta filosofía: me refiero a Richard Wagner. Era, ciertamente, una voz completamente nueva, aquella que se elevaba a favor de estas ideas, haciendo eco de un pensamiento que tomaba la dureza y la inexorabilidad del impulso del vivir en la óptica de la voluntad, como una especie de liberación o de rescate de estas pulsiones opresivas que la naturaleza y el genio de la especie ejercen sobre el hombre. Sucede entonces que el duro impacto contra la realidad impenetrable, bajo el signo de la voluntad y del deseo de salvación de un destino ineluctable, ponga de nuevo, improvisadamente, en movimiento el potencial de la filosofía de Schopenhauer con un vigor siempre creciente.

Fuente: http://www.emsf.rai.it/gadamer/indice.htm

4 comentarios:

  1. En sus textos, o sería mejor decir, en SU texto Schopenhauer habla repetidamente de una actitud de "tedio" -me refiero a 'El mundo como Voluntad y representación'-. Y en realidad esa misma actitud sostiene su obra y su vida entera. Yo creo, hoy en dia, que no nos es lícito el "tedio". No. Esa es la impronta de una mente cansada, de un cuerpo listo para ser metido en un cajon de madera. Cuidado! Schopenhauer esta muy influenciado por la literatura de la metafisica oriental. Cuidado! Lo repito. No vaya a ser que esta 'modita' del Budismo venga a ser la excusa teorica perfecta para los descomprometidos.

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  2. pero su enorme autoestima llego a inducirlo –o mejor, seducirlo- a tener sus lecciones en el mismo horario que Hegel. Nos podemos imaginar los bancos vacíos, en frente a los cuales debe de haber hablado.

    es como lio
    tavo

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  3. Más allá de hablar de concordancia o disonancia con El mundo como Voluntad y Representación, me gustaría recalcar la gran influencia que Arthur Schopenhauer ejerció sobre las teorías de Sigmund Freud, hecho que también pudo haber contribuido a la "revaloración" de los estudios schopenhauerianos. Nos vamos un poco de lo puramente filosófico, pero si se quiere dicho punto es casi tan trascendental como las (sí mencionadas) inclinaciones de Richard Wagner.
    Fuera de eso el texto me pareció muy interesante, nunca había leído a Gadamer hablando de Schopenhauer.
    Por otro lado todo el asunto me recuerda que tengo que leer más a Hegel y menos a Arthur, si no quiero temrinar en un cajón(tomando prestada la expresión de Facundo).
    Muy bueno el blog gente, saludos!.

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  4. "no hagas daño a nadie y ayuda a los otros tanto como puedas"

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