miércoles, 23 de febrero de 2011

Razón finita pura y sensible. (Nicolás)

"La fundamentación kantiana de la metafísica pregunta por el fundamento de la posibilidad interna de la unidad esencial del concimiento ontológico. Ésta se impone, en contra de la dualidad inicial de las dos fuentes fundamentales del espíritu (sensibilidad y entendimiento), como facultad intermedia que es el centro originariamente intuitivo. La interpretación de la imaginación trascendental como raíz, es decir, la explicitación de la manera en que la síntesis pura produce las dos ramas y las mantiene nos conduce al tiempo originario. Éste, en tanto forma originariamente la triplicidad unitaria del avenir, el sido y el presente en general, posibilita la “facultad” de la síntesis pura, es decir, posibilita lo que es capaz de producir: la unión de los tres elementos del conocimineto ontológico, en cuya unidad se forma la trascendencia.
Los modos de la síntesis pura- aprehensión pura. Reproducción pura, reconocimiento puro- no son tres porque se refieran al estado porque se refieran a los tres elementos del conocimiento puro, sino porque, siendo en sí originariamente uno, forman el tiempo, constituyen la temporación del tiempo mismo. Porque estos modos de la síntesis pura son originariamente uno en la triplicidad unitaria del tiempo, se encuentra en ellos la posibilidad de la unión originaria de los tres elementos del conocimiento puro. Y eso también el elemento originalmente intuitivo, la imaginación trascendental, en apariencia sólo una facultad intermedia y media, no es otra cosa que el tiempo originario. El tiempo originario posibilita la imaginación trascendental que, en sí, es esencialmente receptividad espontánea y espontaneidad receptiva. Únicamente esta raigambre en el tiempo hace que la imaginación trascendental pueda ser la raíz de la trascendencia. Solamente en esa unidad pueden la sensibilidad pura como receptividad espontánea y la apercepción pura como espontaneidad receptiva pertenecerse mutuamente y formar la esencia homogénea de una razón finita pura y sensible. Los conocimientos ontológicos son determinaciones trascendentales del tiempo, porque la trascendencia se temporacía en el tiempo originario."

Heidegger, Martin. Kant y el Problema de la Metafísica. Fondo de Cultura Económica. México D. F.

jueves, 17 de febrero de 2011

Progreso (Nicolás)

Los Renacentistas (XVI) no se encontraban en la posesión de una nueva cultura… es por ello que se limitaban (en contra de la cultura medieval) a revalorizar la cultura antigua, el clasicismo grecorromano, a reintroducir los pensadores, escritores y poetas de la antigüedad, o a reinterpretarlos.
En el siglo XVII, la cultura criticada no es solo la medieval si no también la humanística, la cultura antigua. Es que ya en el siglo XVII las Naciones Europeas han comenzado a desarrollar una cultura nueva y especifica y con ella la convicción de superioridad. No solo frente a los hombres y culturas precedentes si no también frente a los no europeos (hoy llamados pueblos del tercer mundo)
Aun con el escepticismo de Montaigne y con la superación de éste por parte de Descartes (con la hipótesis de genio maligno), cuando en Descartes parece ser que no hay superioridad entre un pueblo y otro, donde la razón es lo mejor repartido del hombre y todos la tienen. Esta se autoproclama universal, y cae en la razón Europea superior.
Esta Idea de progreso y superioridad en Europa, en Hegel tiene un carácter espiritual e idealista, en la medida en que el progreso esta determinado por el desarrollo de la Idea absoluta en el cumplimiento de su fín, que es alcanzar el total autoconocimiento de sí misma.
El desarrollo de la idea es justamente el fundamento del progreso.
Para Hegel La historia universal es la historia del progreso de la libertad… del despotismo oriental (donde solo un hombre es libre).
Para Marx el progreso esta determinado y autorizado por el desarrollo de las fuerzas productivas. A cada grupo de estas corresponde determinadas relaciones de producción y sobre esta base se elevan las superestructuras políticas, jurídicas e ideológicas.
En lo que se refiere a la superestructura ideológica Marx sostiene que las ideas dominantes de cada época son las de la clase dominante. La clase que ejerce el poder material, también ejerce el poder espiritual, que le permite consolidar justificar o enmascarar ese dominio.
Estas mismas ideas no se entienden como ideas producidas por la clase dominante, la misma clase dominante imagina que las cosas son así, se piensa que su propio interés es el interés común.
Es decir, al principio el interés de la clase revolucionaria que obtiene el poder coincide con las demás clases oprimidas y revolucionarias, en la medida en que tienden a destruir las relaciones de producción anacrónicas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas. Pero en cuanto esta clase revolucionaria obtiene el poder, su interés se separa de las otras clases que siguen siendo explotadas en el nuevo orden social.
Ahora si la ideología cumple la función de consolidar, justificar y enmascarar…presenta las relaciones sociales existentes como naturales y externas, inmutables. Ocultando que son históricas y sujetas al cambio (como todas las anteriores).
En la filosofía sucede lo mismo, la razón y las ideas innatas, la razón y las estructuras a priori que en Descartes, y en Kant aparecen como eternas, inmutables y universales. Eternizan y universalizan distintos momentos de una razón histórica particular y determinada.
Esa filosofía es la más avanzada hasta hoy porque representa e idealiza los intereses y objetivos de la clase más avanzada, la clase dominante la sociedad capitalista.
Conclusión: tanto Hegel como Marx, justifican y recuperan la filosofía burguesa. También Descartes y Kant expresan la toma de consciencia de una etapa superior del desarrollo del hombre, el capitalismo.
Hegel, muestra su carácter histórico, Marx no solo denuncia su carácter histórico, sino también la mitificación ideológica, en cuanto el la presenta como eterno y universal lo que es histórico y particular, como espiritual e ideal lo que es económico y material.
Pero ni uno, ni otro señalan lo que nuestra situación histórica nos permite ver (es decir, la situación de los habitantes de una zona que desde el siglo XV han constituido parte de la periferia dependiente y explotada del sistema mundial, y contemporáneos del siglo XX).
Descartes y Kant no solo eternizan, inmovilizan, universalizan una razón histórica y particular, si no que eternizan y universalizan, como propias del hombre en cuanto tal, como propias de la especie, una razón, un sistema de categorías, de valores, de creencias, una ética, una política, etc. Que solo son, a lo sumo europeas.
Esto ejerce como función enmascarar, consolidar y justificar el dominio de las sociedades europeas que ejercen en la época moderna.
La antinomia racionalidad/irracionalidad es una forma de maniqueísmo a-histórico que permite justificar filosóficamente, la expansión colonial, en nombre de la razón. Pero que es racional y que irracional ha sido unilateralmente resuelto por las sociedades más avanzadas que se autoproclaman portadoras de la razón.

Este texto es un simple resumen de una desgrabación, realizada por alguién, en alguna universidad (seguramente la Universidad de Buenos Aires), en algún año, en algún teórico o práctico de la Profesora Amelia Podetti. Con todo nuestro respeto, nos atrevemos a publicar sus palabras, y a sintetizarlas en este resumen. En honor a su pensar.